Un giro de 180 grados dio el caso del robo y homicidio de Liliana Segovia Navarro.

De acuerdo con esta nueva versión dada por el confeso asesino, Andrés Mauricio Álvarez Vega, primo de Jairo Medina Vega, sería el determinador y coautor material del homicidio de la mujer.

Jairo Medina había confesado el asesinato ante la Fiscalía 11 Especializada y aceptó los cargos ante el juez 10 penal municipal con función de control de garantías, quien lo envió para la cárcel Modelo de Barranquilla.

Se conoció que antes de que el Juez resolviera la solicitud de medida de aseguramiento, amplió su confesión y esclareció el crimen, según lo informó su abogado Leovaldis Aaron, durante la audiencia de este martes, sin dar detalles.

De acuerdo con allegados de Jairo Medina, el confeso homicida amplió su declaración ante las autoridades, en donde involucró en el asesinato a su primo, quien sería hijo de un exmilitar.

Según el relato de Jairo, Andrés Mauricio habría ideado todo el plan maquiavélico para acabar con la vida de Liliana Segovia Navarro y robarle su camioneta y el dinero que tenía en criptomonedas (10.015 dólares).

De hecho, Medina Vega le aseguró en su segunda confesión, dada a conocer por familiares a Zona Cero, que él se enteró de los movimientos financieros de Liliana por intermedio de su primo, Andrés Mauricio Álvarez Vega.

En pocas palabras, este último sería el 'cerebro' de las criptomonedas y de este crimen que conmocionó a Barranquilla, pues, según Jairo, Andrés Mauricio habría sido el presunto autor intelectual o determinador del homicidio.

Los dos habrían participado en el asesinato de Liliana, aquel 28 de febrero. Ambos unieron fuerzas para guardar el cuerpo en el carro de Jairo, el cual se llevó Andrés Mauricio.

Por la venta de la camioneta de Liliana, en 12 millones de pesos, se ganaron 6 millones de pesos cada uno.

Tras regresar de Valledupar, donde fue vendido el vehículo, Jairo se encontró con Andrés Mauricio en un motel en la calle 44 con 37. El segundo ya había comprado el tanque y una cinta, según el relato de Medina Vega.

Ambos metieron el cuerpo de Liliana en un tanque, lo forraron con cinta para que no se sintiera el mal olor. Después, lo montaron en el carro de Jairo y se lo llevaron para el apartamento de éste.

La pareja de Jairo, presuntamente, no conocía nada de la situación. Al día siguiente, 1o. de marzo, Jairo llamó al papá, un pensionado de la Policía, y le pidió prestada su camioneta.

Andrés Mauricio y Jairo bajaron el tanque con el cuerpo de Liliana, lo metieron en la camioneta del papá de Jairo y se dirigieron al sector de Cuatro Bocas, en Tubará.

Andrés Mauricio dejó a Jairo en un sitio estratégico, en donde éste bajó con el tanque y arrojó el cuerpo a una cuneta, con una bolsa plástica en su cabeza. El cadáver de la mujer apareció el 2 de marzo.

Luego, regresaron a Barranquilla y lavaron la camioneta del papá de Jairo en el lavadero ‘Junior’, ubicado detrás del cementerio Calancala.

Además, Jairo le pidió el favor a un habitante de la calle de que le lavara el tanque "para quitarle el mal olor" y después se lo regaló.

Sin lugar a dudas, un giro de 180 grados en el caso, con la revelación de la participación el primo de Jairo Medina Vega, con quien ya se tenían sospechas de su participación en el crimen, pues la ciudadanía se preguntaba cómo se había llevado el carro de Jairo, sin "enterarse de nada".

Este martes se desarrolló la audiencia de medida de aseguramiento en contra de Jairo Medina Vega. El Fiscal pidió cárcel y el abogado defensor, en la presentación de sus argumentos, divulgó la última declaración de su cliente, sin dar detalles, en donde involucra a su primo, Andrés Mauricio Álvarez Vega, quien se encuentra huyendo de las autoridades.

Zona Cero conoció además que Andrés Mauricio le habría prometido a Jairo que le pagaría los abogados, pero que no lo involucra en el caso.

Sin embargo, Jairo fue "dejado solo por su primo" y por eso decidió hablar, esclarecer el crimen e involucrarlo.

Además, este medio también obtuvo la información de que Andrés Mauricio y Jairo harían parte de una banda de “tarjeteros”, jaladores de carros y otras actividades ilícitas, como hurtos informáticos, con accionar en el norte de Barranquilla.

Los miembros de esta banda se desplazan en autos de gama alta, en busca de sus víctimas.

De hecho, las autoridades están tras la pista, por el caso de Liliana Segovia, de una mujer, quien haría parte de la banda y habría sacado información de la víctima.